La civilización nació de la guerra, excepto en Caral

Por Serapio Cazana

Las ciudades surgieron en un período relativamente corto, y en casi todos los casos fue una forma de sobrevivir en contextos violentos, pero Caral hizo un descubrimiento especial. 

En 1994 la arqueóloga peruana Ruth Shady inició uno de los viajes más interesantes a los inicios de la civilización, no sólo del Perú sino también de la humanidad en general. Las consecuencias de ese descubrimiento no se agotaron sólo en aumentar la antigüedad de la cultura sino que proporcionaron la clave para volver, a revisar, los mecanismos de toda civilización.

El cruce de la gran divisoria

Durante decenas de miles de años las poblaciones humanas andaban errantes, vivían en condiciones muy difíciles y varios grupos desaparecieron para siempre. No obstante, entre 6000 y 5000 años atrás se dio inicio a las grandes civilizaciones por todo el mundo. Se produjo lo que los arqueólogos llaman el cruce de la gran divisoria. Estos focos de civilidad surgieron en seis lugares distintos: Egipto, Mesopotamia, China, India y Perú. Alrededor de 1500 años después apareció otra civilización madre en América Central.

Pero ¿cuáles son los rasgos definitorios de lo que se denomina civilización? La comunidad académica afirma que esos rasgos son, entre otros aspectos, un sistema matemático, calendarios, representación gráfica de las ideas o los datos sobre cerámica u otros materiales. También se señala a los metales manufacturados. Pero lo más característico es la arquitectura monumental y alrededor de ésta ciudades complejas.

Las ciudades, sin embargo, no tuvieron una lenta evolución como otros procesos históricos, sino que aparecieron en un período de tiempo relativamente corto. De manera que los estudiosos se preguntaron las causas de una repentina complejidad de la organización social. La mayoría de expertos concuerda que el detonante del gran cambio fue la guerra. El sustento de esa conclusión, afirman, es que en todos los continentes las ciudades surgen amuralladas, se desentierran muchas armas y se documenta escenas de masacres, degollamientos y humillaciones en proporciones significativas. Asimismo, sus líderes fundadores suelen ser guerreros. Muchos arqueólogos sostienen que el peligro de ser invadidos y aniquilados hizo que las poblaciones se organizaran en ciudades para defenderse. Pero con Caral ocurrió algo distinto.

Culto al comercio y no al guerrero

Dos años después de haber sido descubiertas las pirámides de Caral, Shady encabezó el equipo de arqueólogos que empezaron las excavaciones. Inclusive solicitaron ayuda del Ejército Peruano porque había miles de toneladas de arena y piedras por remover. En 1997 Shady publicó su libro La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En esta publicación la autora explica que el cruce de la gran divisoria en el antiguo Perú ocurrió de manera diferente.

Durante más de dos meses los arqueólogos buscaban uno de los distintivos de las civilizaciones: cerámica. Pero los ceramios no aparecían. En las noches los excavadores pernoctaban en el lugar y compartían sus experiencias del día y se preguntaban por qué no hallaban aún restos de cerámica. “Poco a poco, conforme veíamos el contexto arqueológico, fuimos asimilando que esto era un fenómeno diferente, distinto y que estábamos ante un asentamiento mucho más antiguo de lo que esperábamos”, relata Shady en un documental de la BBC de Londres. En lugar de ello encontraron artefactos de piedra, lo cual es señal de asentamientos mucho más antiguos.

Un día encontraron una bolsa confeccionada con fibra vegetal, manufactura que ahora se conoce con el nombre de shicra. Para saber su antigüedad tomaron tres muestras de la shicra y lo enviaron a la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. Tres meses después la universidad envió los resultados: el objeto databa de 2600 a. C., lo que le daba una antigüedad de alrededor de 5000 años, ello muestra que Caral fue contemporánea del Egipto de los faraones.

“En el contexto de la arqueología mundial esto tiene una gran importancia. Deja a nuestra disposición un laboratorio nuevo, independiente, y nos hace buscar aquí las respuestas a las preguntas que nos hacemos de todas las civilizaciones. Tenemos aquí una oportunidad históricamente única de observar el comienzo”, declaró el Prof. C.C. Lamberg Karlovsky, de la Universidad de Harvard, en el documental referido.

Además de las shicras, el equipo encontró flautas bien diseñadas y hechas de plumas de cóndores. También abundaba el achiote, una planta cuyo fruto las comunidades de la selva lo usan como afrodisíaco. Todo indica que más que ocuparse en invasiones y peleas los habitantes de Caral se dedicaban al comercio, la artesanía, a los placeres de la civilización. La guerra vendría milenios después. A medida que avanzaban las excavaciones se evidenció un comercio muy desarrollado con otros centros poblados de la costa, la selva y la sierra. Caral importaba pescado y muchos otros alimentos que no eran cultivados en su valle. Sin embargo, si no eran guerreros y además importaban gran parte de sus alimentos, ¿de qué vivían, o más precisamente, por qué se fueron a vivir y a desarrollar una ciudad en medio del desierto?

Ocurre que por el lugar pasa un río que dio origen al riego y la agricultura. Entonces los habitantes de Caral se dedicaron a cultivar intensivamente el algodón. Este producto fue la base de su economía. Incluso llegaron a domesticar la planta y crearon algodón con colores naturales, cuatro colores distintos en total, por lo que no necesitaban teñir las prendas de vestir que usaban o exportaban. Asimismo, en algunos puertos de la costa peruana se han encontrado mallas de pescar hechas de algodón y provienen de la misma antigüedad de Caral. Lo que evidencia un nutrido intercambio de manufacturas con productos alimenticios.

“No encontramos indicadores de armas que pueden aparecer en otras etapas de la historia, donde se ven porras de piedra. No veo evidencias de conflicto. La ciudad no está amurallada, no sentían amenazas de conflicto”, sostiene Shady. Su conclusión es que en esta parte del mundo la civilización no surgió como consecuencia de la guerra sino del comercio, de una forma inteligente de satisfacer las necesidades mutuas.

Ahora quedan los vestigios de una arquitectura monumental, que consta de seis pirámides alrededor de una plaza central, un anfiteatro, un templo y un fogón que, según se cree, permanecía ardiendo casi todo el tiempo. Se trata de la modernidad, de la tecnología avanzada de hace 5000 años.

Ilustración: andina.pe